Uno de los más impresionantes
lugares que tiene Japón, es el monte Fuji, una montaña de 3776 metros,
considerada sagrada desde la antigüedad, quizás la conocen o la oyeron
mencionar por ser es el pico más alto de la isla de Honshu y de todo Japón, por
eso es uno de los lugares más visitado por los turistas. Se clasifica al
monte Fuji como un volcán activo, pero con poco riesgo de erupción. Pero lo
interesante en este caso, no es la montaña! si no lo que sucede a los pies de
ella, en el bosque de Aokigahara… también conocido como Jyukai (Mar de
Arboles), ocupa mas de 3.000 hectáreas y es elegido por decenas de personas
para quitarse la vida. Ya
en el Japón feudal del siglo XIX, cuando tenía lugar una hambruna las familias
más pobres se acercaban al bosque para abandonar y dejar morir a los niños y
personas mayores que no podían alimentar. En el siglo
pasado, el fallecido escritor Seichiro Matsumoto publicó una novela,
posteriormente llevada a la televisión, titulada Kuroi Jukai (El negro mar de
arboles), en la que uno de los personajes se adentraba en Aokigahara para
morir. Más recientemente, un libro de Tsurumi Wataru titulado Kanzen Jisatsu Manyuaru
(El Completo Manual del Suicidio, 1993), que ha vendido 173 millones de
ejemplares en aquel país, lo recomendó como el lugar perfecto para quitarse la
vida. En el año 2004, el director Takimoto Tomoyuki rodó la película Ki no Umi,
en la que contaba la historia de cuatro personas que decidían suicidarse en
este bosque.
Las autoridades colocaron carteles en
el bosque con el siguiente texto: “Un momento, por favor. La vida es un
precioso regalo que le dieron sus padres. No guarde sus preocupaciones solo
para usted, busque asistencia”.
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